Hoy 15 de enero de 2018 queremos felicitar a los colegas educadores, dignos y nobles que aún en medio de tantas necesidades y carencias materiales producto de la ofensiva destructora de la calidad de vida, se mantienen en sus aulas dando lo mejor de sí mismos, apostando por enseñar a nuestros niños y jóvenes, apostando a construir esa patria de progreso y felicidad colectiva.
Recordamos hoy 15 de enero, el ejemplo de educadores de la talla de Luis Beltrán Prieto Figueroa, Miguel Suniaga, Víctor Orozco, Luis Padrino, Rosa de Vanegas, María Teresa Landaeta y Margot Lares, entre otros, quienes imbuidos en el espíritu cívico de Don Simón Rodríguez y portadores de las innovaciones educativas de la Escuela Activa o Nueva, cuya corriente impulsó al magisterio en medio de la brutal persecución, desafiando la hostilidad y las difíciles condiciones políticas de la dictadura gomecista, fundaron tal día como hoy, en 1932, la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria. Honor y gloria a tan excelsos maestros.
Los maestros estamos triste. Hoy no podemos celebrar nuestro día como quisiéramos, ya habrá la oportunidad de volver a celebrar.
No tenemos absolutamente nada que celebrar, porque esta destrucción generalizada a la que está sometida nuestra patria, nos ha quitado antes de tiempo, valiosos compañeros colegas asesinados por el hampa desbordada y sin control alguno; otros por falta de tratamiento médico, por las medicinas costosas; por falta de atención médica oportuna al ser ruleteados por diversos centros de salud.
Ahora se suma el hambre, si, los maestros también estamos sometidos al hambre generalizada que sufre toda la población por culpa de una política económica destructiva del aparato productivo. Quisiéramos que el Sr Ministro oiga nuestra angustia: Maestro con hambre no puede enseñar; Estudiante con hambre no puede aprender.
Hoy los maestros protestamos, porque la diáspora también alcanzó a miles de educadores –algunos calculan en más de 3.000 solamente en Caracas en estos últimos 4 meses – quienes se han ido al exilio forzado para buscar mejores condiciones de vida y trabajo.
La diáspora alcanza también a nuestros escolares, miles de niños y jóvenes estudiantes se van del país a construirse un futuro que le es esquivo en su propia patria. Los maestros estamos tristes porque se nos va el futuro, se nos va la fuerza transformadora del país, esa capacidad intelectual y científica que se requiere para hacer frente a otros países. No hay desarrollo, independencia ni soberanía cuando se destruye el recurso preparado y el recurso en formación.
Los Educadores hoy 15 de enero alzamos nuestra voz de protesta, porque nuestros niños y jóvenes estudiantes dejan de asistir a clases porque el dinero no alcanza para pagar el pasaje; porque tienen que hacer colas para comprar alimentos y son muchos los que hemos visto remover en la basura. Se nos parte el alma al ver nuestros niños en estas terribles condiciones de sobrevivencia. Todo ello está destruyendo a la familia venezolana.
Este 15 de enero, los educadores alzamos nuestra voz de protesta porque la destrucción de la infraestructura educativa es general; sin insumos de oficina, materiales didácticos ni pedagógicos. Nuestros centros educativos sufren de todo: de agua, fallas eléctricas, robos, insuficiente personal docente en casi todas las áreas; desaparición progresiva del Programa de Alimentación Escolar. Sin una buena educación no hay transformación, no hay hombre nuevo, no hay progreso, no hay soberanía, no hay paz.
Los educadores protestamos, porque se nos ha destruido nuestro poder adquisitivo. Nuestro nivel de vida acorde con la elevada misión que desempeñamos hoy es letra muerta en nuestra constitución nacional. Ya ni siquiera lo que percibimos alcanza para ir a trabajar. Lo que hoy percibimos ya dejó de ser salario. Es solo una compensación insuficiente, mínima y parcial que pretende enfrentar la caída de nuestro poder adquisitivo. Se nos ha venido eliminando progresivamente el carácter salarial de la remuneración, pues se nos ha bonificado el mismo a niveles más allá del 60%, no entrando en los pasivos laborales y prestaciones sociales esta bonificación denominada cesta ticket. Esta política va en contra de la protección del salario y viola expresamente el convenio 95 de la O.I.T.
Con la crisis hiperinflacionario que vivimos todos los trabajadores, no hay compensación mínima que valga. La canasta Familiar para el mes de Noviembre de 2017 superaba los 14 millones de Bs y la básica los 4 millones. El sueldo promedio y la asignación a los maestros y activos y jubilados, apenas supera los 800 mil Bs. Es la destrucción del salario una consecuencia de una política económica y ésta debe ser cambiada para poder recuperar el poder adquisitivo convertido en polvo cósmico.
Nuestra exigencia inmediata al Ministro de Educación, si de verdad cree en la noble misión del educador, es esta: Convoque de inmediato a toda la coalición sindical de trabajadores de la educación para actualizar el salario y todos los beneficios económico-sociales, y paralelamente se inicien las discusiones adelantadas para la firma de una nueva convención colectiva unitaria. Ello sería un paliativo para frenar el deterioro de la calidad de vida de todos los trabajadores de la educación y una señal de que se valora la misión social de los educadores.
Este 15 de enero, los educadores formadores de principios democráticos manifestamos que no puede existir una educación de calidad sino se reconstruye el país, esta crisis económica, de ética y de valores democráticos han destruido las bases que edifican la dignidad, bienestar y progreso del pueblo venezolano. No queremos seguir con esta estafa de socialismo; los educadores queremos un cambio fundamental en el rumbo económico y político para que nuestra sociedad pueda disfrutar de bienestar, seguridad ciudadana, seguridad social, rescate y protección del poder adquisitivo del salario, soberanía nacional, calidad de la enseñanza.
Ser educador y no luchar hoy para que los niños y jóvenes vivan en democracia es una contradicción pedagógica.-
Por la discusión y firma inmediata de la II CCUU
Por una educación democrática y científica
Por la reconstrucción nacional
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