“Mientras haya maestro de pie, no habrá pueblo de rodillas”
Inicio estas palabras con esta frase de José Martí, porque en todo caso sintetizan la idea fundamental de lo que quiero resaltar ante este escenario. Agradezco muchísimo la confianza depositada por permitirme la participación en tan importante evento hoy 15 de enero de 2020, Día del Maestro.
Para nadie es un secreto la tragedia que vivimos en este país, la cual no ha sido producida por un fenómeno natural, ni por una guerra, pues se ha llegado a comparar la destrucción de nuestro país con desastres causados por eventos naturales y conflictos bélicos. Es tan grande la tragedia venezolana que ya se habla de una emergencia humanitaria compleja. Ningún ámbito de nuestro país se escapa de vivir la situación de penuria que padecemos.
El educador venezolano está viviendo la peor tragedia en la historia reciente. Y el contexto es que Venezuela es uno de los países con las mayores riquezas minerales del planeta, ya que no solo vivíamos de la renta del petróleo, sino que la renta ahora también se deriva de la extracción mineral y que este régimen descaradamente entrega en concesiones a capitales extranjeros. Esta entrega viene acompañada de la destrucción del aparato productivo y es parte de la política a través de la cual se busca tener un país sumiso y esclavo, en el marco de la División Internacional del Trabajo, es decir, convertirnos en un país dedicado a garantizar materia prima a las grandes potencias, para lo cual entregan nuestra soberanía.
Es esto, grosso modo, lo que implementa el régimen chavista y que los mantiene en el poder, de eso se trata el día a día de Maduro y su camarilla. Vale la pena mencionar que en otros países de América Latina los pueblos se han levantado porque quienes sus gobiernan han aplicado paquetazos económicos donde ponen a sus países a pagar deudas contraídas por los poderosos, que luego son pagadas por sus pueblos. Pues Maduro ha implementado paquetes 10 veces más criminales que los que han aplicado en Chile, Argentina, Colombia, Bolivia, entre otros países. Y por supuesto, como paquetazo al fin, somos nosotros los trabajadores lo que estamos pagando la deuda que este régimen ha contraído, pues es bien sabido que desde el 20 de agosto de 2018, Maduro no solo devaluó nuestra moneda una vez más, que disfrazó de reconversión monetaria. Pues fue a partir de estas medidas que se destruye uno de los instrumentos más importantes de los trabajadores como son las convenciones colectivas. Aquí desaparecieron los contratos colectivos de un solo plumazo por instrucciones de Maduro. Desaparecieron beneficios que había costado años de lucha, y nos hizo retroceder a los tiempos en que las reivindicaciones laborales de los trabajadores dependían de decretos presidenciales.
Esto representa un puntillazo para terminar de destruir la carrera docente, ya que ésta venía en caída libre con el conjunto de medidas que se habían fraguado desde el gobierno de Chávez (los desastrosos cambios curriculares, el incumplimiento de reglamento del ejercicio de la carrera docente, entre muchísimas otras cosas más). Podríamos escribir varias tesis que describieran la trágica situación social y económica del maestro y en general de la educación, en la que este régimen chavista tiene la principal responsabilidad.
La dictadura nos quiere sumisos, ignorantes y por eso se ensaña destruye la educación, para hacer de nuestro país una masa gigantesca de seres humanos dóciles y obedientes que permita el saqueo y explotación de nuestras riquezas. Debemos estar unidos y contra los causantes de esta tragedia. Hoy más que nunca hay que luchar.
Por lo tanto pienso que lo más importante, no es solo analizar milimétricamente de manera crítica como se ha desencadenado esta tragedia para no reproducir estos errores a futuro, cuando salgamos de la dictadura e iniciemos la reconstrucción nacional. También hay que hacer frente a a esta régimen, a esta dictadura. Por ello reitero la frase de José Martí con la que empecé este discurso pues tiene mucha pertinencia, “mientras haya maestros de pie no habrá pueblo de rodillas”, y es que los educadores tenemos un papel importante que cumplir en esta circunstancias, desde todos los ámbitos en que nos desenvolvemos (desde la educación universitaria, media, primaria, inicial), pues les digo compañeros, colegas, compañeros de luchas en general (pues aquí no hay nadie que no quiera luchar contra esta dictadura) no queda otra cosa que “desechar las ilusiones y preparase para la lucha”, ya no se puede seguir en la clases, cuando no hay ni siquiera un marcador para dictar la clase, donde nuestros estudiantes no pueden entender nada porque no han comido, porque no hay enseñanza que planificar ni aprendizaje que evaluar, mucho menos didáctica que implementar, ya que no podemos hacerlo de manera óptima, porque nos absorbe el día a día, porque tampoco tenemos nada que comer, ni pasaje para ir a trabajar y paremos de contar.
Yo considero que hay que seguir haciéndole frente esto, que asumamos la responsabilidad. Desde el maestro de base hasta el que está en la federación saben que si seguimos con esta dictadura, con este régimen, no habrá civilización para las generaciones futuras, por eso debemos tomar en cuenta que las luchas reivindicativas por el salario, por la convención colectiva, por la carrera docente, por la escuela, debe trascender a la lucha política, por la salida de la dictadura. No solo hay que decirlo, hay llevarlo a la práctica. Mientras siga manteniéndose en el poder el régimen chavista, seguiremos viviendo este desastre y reitero esta gran tragedia.
Es importante que nos planteemos desde ya, junto al resto de los demás sectores de los trabajadores, el impulso y organización de la protesta social y reivindicativa, ser constantes, perseverantes. Tenemos que decir como en los juegos, “tiempo, time” y no continuar dando clases como lo hemos estado haciendo hasta ahora, una cotidianidad en la que un ser humano no se desarrolla, no avanza, no aprende, pues este régimen nos tiene viviendo como esclavos, en la colonia, en la sobrevivencia.
Parece exagerado pero no hay tiempo que perder, por cada minuto que esté Maduro usurpando el poder muchos venezolanos mueren, padecen penurias, es por esto que el magisterio debe abocarse, y para eso aprovecho la oportunidad de esta tribuna para decirlo a viva voz: pujemos desde ya por una huelga general del magisterio y que esta trascienda a todos los trabajadores de este país. Creo necesario que articulemos todas las luchas en una sola lucha, magisterio, salud, principalmente los trabajadores públicos. Es literal: gracias a este régimen tenemos sueldos de hambre, por lo que sugiero que organicemos comités de defensa de la educación democrática, científica, popular y para el desarrollo nacional en cada plantel, que desde estos lleven a cabo un conjunto de asambleas del que hacer educativo, donde se debata cual debe ser el papel de cada maestro en la lucha por la salida del régimen. Estas asambleas no solo deben ser de educadores, en ellas debemos incluir a los demás trabajadores y a los estudiantes, sí, a esos jóvenes que van a nuestras instituciones a buscar la luz del saber, porque estas asambleas serán las mejores clases que atenderán nuestros muchachos, porque aprenderán como aportar su grano de arena para hacer frente a la dictadura y podrá ver cómo otros sectores también hacen lo propio.
Como docente de historia les digo: han sido las rebeliones de los pueblos las que mayormente han dado acabado con las dictaduras. Los venezolanos debemos fraguar una rebelión, organizarla al calor de la luchas por nuestros derechos. Hay que salir de esta dictadura y reconstruir este país con un sentido popular y nacional.
El maestro luchando también está educando
No hay comentarios:
Publicar un comentario