miércoles, 29 de julio de 2020

La educación bolivariana: una gigantesca estafa histórica. Informe de la UDSE 2019-2020



Desde 2018 la Unidad Democrática del Sector Educativo (UDSE) viene elaborando informes donde se analiza la práctica del Estado en cuanto a su responsabilidad de atender la educación como derecho humano, contrastándola con lo expresado de los artículos 102 y 103 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV).

En julio de 2018 dimos la alerta de que estábamos ante un desplome de la educación como derecho humano; en marzo de 2019 el resultado de los estudios elaborados nos llevó a caracterizar el contexto como un colapso del Sistema Educativo y por ende del Sistema Escolar. 2020, la educación venezolana se encuentra en un proceso de destrucción generalizado en casi todos los sentidos, y se hacen indispensables tanto la atención humanitaria como un cambio sustancial en el rumbo de las acciones políticas, sociales y económicas para poder salvar la educación.

 Llegada la pandemia del Covid-19 a Venezuela, la educación es uno de los ámbitos donde más nítidamente se ha reflejado la crisis social, mostrando un retroceso vertiginoso y un alejamiento de las metas del milenio establecidas por la UNESCO. La entronización de la pobreza trajo no solo el incremento de la exclusión escolar, sino que también abrió aún más la brecha de desigualdad social y aceleró la destrucción de la profesión docente. La educación que se imparte no es más que una estafa que nos ha llevado a una regresión del derecho, de la ciencia y de la tecnología, hasta de la propia pedagogía.

 Compartimos este informe con ustedes.-


La profundización de la “exclusión escolar” 
y la brecha de la desigualdad social

La UDSE en el Informe-Balance 2018-2019 afirmaba: “La educación se ha convertido en uno de los sectores donde más se expresa el deterioro de la vida de los venezolanos y donde se expresa con mayor claridad la pobreza en que vivimos…”. Se alerta sobre el comportamiento de los indicadores en cuanto a cobertura matricular y asistencia escolar, señalando el caso del estado Sucre que mostraba una disminución de la cobertura de 39 %, evidencia clara del ascenso de la exclusión escolar. El Informe PROVEA (2019; 4) referido a educación señala que:

El análisis de las cifras oficiales difundidas demuestra que la gestión en el área educativa es un fracaso. Por ejemplo, si comparamos las cifras del lapso escolar 2013/14 con las correspondientes al período 2017/18, los datos indican que hubo una reducción de la matrícula de 138.815 niños, niñas y adolescentes en el nivel escolar de educación básica, que incluye educación inicial, primaria y media (…). En ese mismo lapso, la cantidad de escuelas y liceos disminuyó en 449 planteles.

La exclusión escolar expresa características multifactoriales, pues hay una conjunción de razones para que el propio Sistema Educativo excluya al estudiante, lo expulse: el deterioro del programa de alimentación escolar, la reducción del número de docentes y sus condiciones, la disminución y desmantelamiento de la infraestructura escolar, y la pulverización del salario familiar. Por lo que la exclusión escolar es originaria de un Estado que no asume su responsabilidad de preservar el derecho a la educación gratuita y obligatoria. Esto es lo que ha producido el ensanchamiento de la brecha entre los que pueden acceder a la educación y los que no tienen los medios para ello.
La decisión del régimen de turno de implementar una aparente educación a distancia ha agudizado está situación, puesto que esta medida afectó a los sectores sociales más vulnerados; los estratos más bajos que no tienen ninguna condición para acceder a la tecnología. Según el OVSP solo el 40 % de los hogares venezolanos tienen acceso al Internet (2019), es decir, el resto no lo tiene y en él se encuentra un amplio sector del grupo social D y E, los más pobres.
Los planteles privados hasta ahora son los que han tenido menores dificultades para el cumplimiento de la llamada “educación a distancia”, exceptuando precisamente las escuelas en zonas pobres del país como las de Fe y Alegría.
En la encuesta rápida realizada por la UDSE en tiempo real a docentes, constatamos una marcada disminución de la matrícula en esta “educación a distancia”. Por no estar en un estado de derecho, nos reservamos los nombres de los docentes que suministraron información y de las respectivas escuelas, para evitar el acoso laboral, amedrentamiento y persecución que pueden recibir dichos educadores. Puntualizamos: en una escuela del estado Miranda del sector de Guatire, un docente nos señala que de 23 alumnos solo pudo atender a 10, y nos informa que, “a pesar de manejar guías elaboradas para aquellos niños que no tenían internet, aun así no se tuvo respuesta de los padres”. En Educación Especial la situación es muy crítica: en el estado Portuguesa encontramos casos en donde en un aula integrada de 22 niños solo se pudieron atender 7 y según la educadora “poco atendidos”. El educador expresaba que a “algunos padres no les importa porque consideran que las personas especiales no tienen que aprender”. En una escuela de Educación Especial de la parroquia La Vega en Caracas, en un aula integral de educación especial de 28 estudiantes, solo pudieron atenderse 17 de ellos. En las zonas populares los padres de estudiantes de Educación Especial no cuentan con recursos para atender a sus hijos que por tener alguna discapacidad deben realizar mayores esfuerzos de aprendizaje y de movilización; algunas familias, al no tener ningún tipo de recursos, optan por dejar así la situación y se abandona la educación. Aquí se expresan altos niveles de pobreza, porque el Estado no les da las garantías de una educación gratuita y obligatoria a estas familias.
Otro testimonio, esta vez de una profesora de la especialidad de Inglés en un plantel de la parroquia Sucre de Caracas, expresó que de 36 jóvenes de una sección de séptimo grado, al final de año solo llegaron a culminar 19, porque los otros 17 no aparecieron desde que comenzó la “educación a distancia”. Esta realidad se repite en todos los estados del país y la triste realidad es que cada año aumenta la exclusión escolar, sobre todo durante este lapso 2019-2020 que con la llegada de la pandemia no pudieron avanzar por las pocas condiciones materiales para una conexión a internet o para investigar y poder realizar las actividades. Estos hechos agrandan la brecha social, donde los más pobres pierden la oportunidad para el desarrollo de su aprendizaje.
El Estado no está garantizando las condiciones para una educación gratuita y obligatoria para todos. La educación es pública porque es de todos de planteles de dependencia oficial y de dependencia privada.
Lo que hemos venido señalando se confirma con lo expresado en la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (ENCOVI, 2019-2020) que estima que hay 1,7 millones de personas menos entre 3 a 24 años, a consecuencia de la migración y que dejaron las aulas escolares, esto implica que el Estado venezolano ha dejado de atender una cifra importante de niños y jóvenes que estaban escolarizados.
Lo más grave de todo esto es que crecen los riesgos de exclusión entre quienes no asisten regularmente a clases y registran severo rezago escolar. Con la situación alimentaria expresada en la desnutrición infantil, estaríamos precisamente frente a un terrible drama para quienes tendrán poca posibilidad de acceder o permanecer en la escuela. Hablamos de la población escolar más pobre y de aquellos que ni siquiera podrán llegar a la escuela.

Se profundiza el desplome del 
derecho a la alimentación
               
En este año escolar desapareció el desayuno en el Programa de Alimentación Escolar (PAE), quedando solo el almuerzo con carbohidratos (arroz o espaguetis solo, algunas veces arroz con granos), sin acompañamiento nutricional: además de que se devastó la calidad, se disminuyó la cantidad.
                No se logró resolver las fallas estructurales que se venía arrastrando desde el año escolar 2018-2019; hoy este servicio alcanza su mayor caída; hasta el punto que ni se acerca a lo planteado en los discursos sobre la protección del derecho a la alimentación de los niños y adolescentes escolarizados.
Al llegar la pandemia a Venezuela y decretar el confinamiento social, la situación se agudizó. Debido al cierre de los planteles escolares, el MPPE distribuyó varios centros pilotos por municipio y parroquias para que el PAE se mantuviera; sin embargo, su distribución no logró llegar a toda la población escolarizada, y en algunos municipios del país las Zonas Educativas no tenían el registro por día y semana de los niños que faltaban por la alimentación escolar.
                La mencionada investigación de ENCOVI expresa que el “diagnóstico nutricional de los niños menores de 5 años es de los peores en el contexto de América Latina”. Coadyuvando a la descripción de esta catástrofe, el estudio de Cáritas, presentado por Susana Raffalli, expresa que en Venezuela se vive un proceso de destrucción social masiva que ha provocado que la infancia pierda 5 años de vida, de acumulación de capital humano.

Política sistemática de 
desprofesionalización de la carrera docente

La profesión docente viene sufriendo la mayor devastación, no solo en la destrucción de la condición de vida de sus realizadores: los maestros, sino en la pérdida progresiva de su papel pedagógico e instructivo.
Son muchas las referencias estadísticas y los propios hechos empíricos que muestran que el Estado y su régimen político han estado manejando de manera progresiva estrategias para acabar con la historia y conciencia del magisterio. Buscan con ello mantener un magisterio controlado, sumiso y obediente en el desarrollo de una educación a la medida de los intereses del poder político. Esto viene dándose desde 2004 con la implementación del Proyecto de Educación Bolivariana. Debido a ello, dejó de ejecutar el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, desconociendo y arrinconando cada año escolar los concursos de Méritos y Ascenso para aplicar el proselitismo político, obteniendo como resultado hasta ahora un control político-partidista de 99 % de los cargos a directores y subdirectores como encargados y la desaparición total de los supervisores de carrera. Han convertido esta función profesional en una labor, como simples comisionados, de vigilancia del adiestramiento y del control en la libertad de cátedra de los profesionales en el aula de clases. Además eliminaron los concursos de Ingreso a la Carrera, cambiándolos por la función de interino, y quienes están en esta forma de contratación, por no contar con estabilidad laboral, están más expuestos y más proclives a ser controlados bajo el irrespeto de todas las normas constitucionales y legales. Aspecto a resaltar ha sido la política de formación docente, mediante la cual el Estado ha creado instancias paralelas a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) y a las escuelas y facultades de Educación. Estas instancias paralelas son dirigidas directamente por los organismos políticos del partido de gobierno.
Utilizando los propios datos que dan las autoridades del MPPE, presentamos un cuadro comparativo que habla por sí solo.



Cuadro comparativo
Personal Docente Activo Nacional (MPPE)

Año - Fuente

Total
Docente con Título

Interino
Bachiller Docente
Docente No Graduado
2014-2015
Memoria y Cuenta del MPPE
(Última presentada)


361.370


256.155


75.946


15.220


14.049
Enero 2019
Informe de la Dirección General de Gestión Humana del MPPE


430.515


156.639


235.075


471


38.350

Además, hay tres aspectos que queremos resaltar:
1) Diez (10) estados realizaron la transferencia de todo el personal educativo a la nómina del MPPE.
2) Gran parte de los interinos están representados por el personal que ha salido de las Misiones y Aldeas Universitarias. Aunque el MPPE no ha publicado el número de interinos para el proceso escolar 2020-2021, apelamos a lo que sucede en la Unidad Educativa Gran Colombia (situada en el Distrito Capital), Proyecto de Escuela Piloto de la Educación Bolivariana y presentada ante la UNESCO como proyecto modelo de América Latina y el Caribe, pues el Nivel de Primaria tiene 88 % del personal ejercitado de las Misiones Educativas y de los Programas Nacionales de Formación (PNF).
3) La última Memoria y Cuenta del MPPE 2014-2015, presentada en 2016, menciona la cantidad de 91 Supervisores de Carrera, hoy ese número es 0 (cero); es decir, la educación venezolana no está bajo especialistas ni profesionales en el área de supervisión. Por lo que podemos señalar que la carrera docente ha retrocedido 30 años.

La catástrofe económica y social ha sacudido de una manera tal a los educadores, que uno de los sectores donde más se ha ensañado la migración forzada, buscando mejores condiciones de vida, es precisamente el magisterio. La Unidad Democrática del Sector Educativo (UDSE) no solo viene realizando desde 2018 estudios sobre el tema, sino que también viene compartiendo con investigadores el seguimiento de esta grave situación. Citamos un estudio realizado por la Comisión Especial de Seguimiento de la Emergencia Educativa de la Asamblea Nacional, bajo la coordinación del profesor Robert Rodríguez:



Migración de educadores provenientes del sector oficial y privado de la educación
(2016-2019)

Fuente: Comisión Especial de Seguimiento de Emergencia Educativa de la AN (2019).
Memoria y Cuenta del MPPE 20-14-2015.

                De acuerdo con este estudio, cuando se inicia el año escolar 2019-2020 el Estado venezolano se encuentra con un grave problema de éxodo de 291.931 profesionales. En la investigación que realiza la UDSE se destaca que la mayoría de estos profesores son especialistas en Educación Integral y en las áreas de Biología, Matemática, Física, Química, Inglés y especialidades en Ciencias Sociales. La política de creación de “docentes exprés” y la utilización de otros provenientes de la política  pública denominada “Chamba Juvenil” fue la respuesta gubernamental en este año escolar para atender pequeños espacios en el Distrito Capital, Zulia, Aragua, Vargas, Lara y Miranda. También varias comunidades educativas de escuelas se organizaron para seguir atendiendo las clases a nivel de primaria, tal como sucedió en algunos planteles de Fe y Alegría.
                Otro aspecto que caracteriza el desplome de la profesión docente es la pulverización total del salario que ha llevado al sector profesional a condiciones miserables. El presidente de la Federación Venezolana de Maestros, profesor Orlando Alzuru, en septiembre de 2019, en pleno inicio del año escolar 2019-2020, expresaba sobre este tema que el magisterio se encontraba en condición de pobreza extrema. Ya la Organización Internacional del Trabajo (OIT) caracterizaba en 2018 un trabajador en pobreza extrema cuando su ingreso estaba por debajo de 2 dólares diarios. Pues el docente venezolano hoy gana mensualmente 6 dólares, con una cobertura solo de 2,5 % de la Canasta Básica. Es importante resaltar que en este proceso escolar 2019-2020 el docente se vio en la obligación de acudir a otras actividades extra para poder complementar el ingreso del hogar; esas actividades fueron de diverso tipo, desde la limpieza de casas, planchar o cuidar niños, hasta otras referidas al “bachaqueo” y a la compra y venta de diversos productos. El educador ya no tiene capacidad adquisitiva para comer y proteger la salud de su familia.
                Para colmo, el docente vive sin seguridad social para atender problemas de salud o alguna otra emergencia doméstica; son muchos los docentes que hacen a diario campañas por las redes sociales para encontrar un apoyo solidario y así obtener una medicina, atender una operación, hacerse unos exámenes o una ayuda para enterrar a familiares.
                A este dramático cuadro que presentan los docentes venezolanos, se le suma la violación constante al texto Constitucional en su artículo 91 que señala “que todo trabajador tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubra para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”. Pero además, la trasgresión del artículo 104 que establece que el estado debe velar para que los profesionales de la educación tengan un nivel de vida acorde con su elevada misión.

Disminución de los diferentes programas
y proyectos escolares
.


El año escolar 2019-2020 estuvo maquillado por permanentes discursos del Ejecutivo Nacional sin correspondencia con lo que estaba aconteciendo en las escuelas y liceos del país. A continuación presentaremos una evaluación del impulso de los programas escolares implementados por la política central que deja bien claro que los mismos se quedaron en el camino sin ninguna evaluación y revisión:
Programa Canaima Educativo: En 2008, cuando se inicia, este programa distribuye, supuestamente, 50 mil computadoras en solo 1.900 escuelas del país. Aunque el programa no llegó a cubrir toda la población escolarizada, el propio Maduro sostuvo en septiembre de 2017 que dicho programa había llegado a 82 % (datos de una entrevista que le hiciera el canal oficial VTV). A partir de allí, se han generado imprecisiones en las informaciones que expresan además contradicciones entre los propios funcionarios del MPPE sobre la matrícula escolar y el número de computadoras Canaima entregadas.
A partir del proceso escolar 2018-2019 este programa se fue restringiendo en cuanto a su calidad, actualización, mantenimiento y en la entrega de computadoras a los niveles educativos. De acuerdo con las propias informaciones suministradas por el Ministro de Educación, en el año escolar 2018-2019 se entregaron 28.072 computadoras Canaima, pero en el proceso escolar 2019-2020 disminuyó su entrega a 20.000 computadoras.
A pesar de que desde 2010 había un convenio con CANTV para abordar y dar solución a las fallas de sistemas operativos asociados al proceso de actualización y carga de contenidos, en este año escolar se dieron muchas fallas para esta atención, así como también el soporte técnico de arreglo de las computadoras. A comienzo del año escolar septiembre de 2019, Maduro habló de relanzar el Programa de Canaima; en octubre de ese año repite la misma orientación sin que se atendiera realmente el mantenimiento y la actualización. De tal manera, que el Estado dejó que este instrumento educativo fuera perdiendo su sentido pedagógico. En el mismo mes de septiembre de 2019, el MPPE firma un convenio con la empresa de telefonía Movistar para dar inicio al Plan Aulas Virtuales; que atendería a 1.200 aulas que representaban  36.000 alumnos de primero a sexto grado. Este programa no se cumplió de manera satisfactoria.
Entrega de textos escolares Colección Bicentenaria: Según informaciones del MPPE de 2011 a 2016 se han repartido 170 millones de textos escolares, sin embargo; desde 2017 en adelante estos textos no han llegado a cubrir toda la matrícula escolar. El MPPE elaboró un plan para que los estudiantes al final del año escolar se comprometieran a dejar los textos para los que avanzaran a los diferentes niveles. Consideramos que esta medida ministerial se debió a la reducción del presupuesto asignado a la educación.
Bono Regreso a Clases: Este bono fue controlado socialmente y políticamente por el sistema Carnet de la Patria con un monto de 50 mil bolívares. Esta política fue discriminatoria y no ayudó para nada a solventar la situación de pobreza en las familias ni mejoró la acción para una educación gratuita.
Gallineros Escolares: Este proyecto se inicia precisamente en este año escolar 2019-2020 en 186 planteles, con la meta de alcanzar al final de año escolar a todos los planteles nacionales.
Este programa no llegó a cumplir el objetivo expresado en octubre de 2019 por Nicolás Maduro de suministrar alimentos a los comedores, no logró implementarse en los 22.767 planteles, pero el millón de gallinas que anunciaron no se vieron todas en los centros pilotos del programa. Por otro lado, ni el MPPE ni las Zonas Educativas han dado información sobre dónde están las gallinas que quedaron en estos planteles pilotos al iniciar el confinamiento y el plan Cada Familia Una Escuela debido a la pandemia.
Los Conucos Escolares: en el lapso 2017-2018, según cifras del ministro de Educación, solo 6.500 escuelas contaban con este proyecto. Al aproximarse el inicio del lapso escolar 2018-2019, Nicolás Maduro pidió que todas las escuelas fueran preparadas para este proyecto priorizando una actualización de datos de escuelas y número de conucos en todo el país. Esta actualización el Ministerio de Educación no llegó a publicarla.
Para el año escolar 2019-2020, parte de los conucos que ya existían fueron convertidos en espacios de gallineros escolares y otros desaparecieron por falta de agua en el plantel y recursos fertilizantes básicos. Este proyecto escolar caracterizó la mayor demagogia que haya tenido la educación; fue montado sobre una ilusoria idea de que la producción económica se cultivaba con los conucos escolares.
Proyecto Ciudad Escolar: el 7 de junio de 2015 Maduro anunció la construcción de 30 Ciudades Escolares contando con un crédito de China. En 2017, Elías Jaua, ministro de Educación para aquel entonces, informa lo que ya Maduro había anunciado en 2015; es decir, dos años después del anuncio, el proyecto continuó sin ninguna concreción. Este año escolar 2019-2020, el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, no mencionó dicho proyecto, quedando las Ciudades Escolares en un engaño que ha permanecido durante 5 años y levantadas solo en maquetas.

Programa “Cada Familia una Escuela” 
deja al desnudo el colapso del Sistema Educativo

De acuerdo con la Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 6519 del 13 de marzo, mediante Decreto 4.160, el Estado venezolano establece el Estado de Alarma exponiendo consideraciones de índole social y de riesgo de la salud pública y la seguridad de los ciudadanos. En su artículo 11 se procede a suspender “las actividades escolares y académicas en todo el territorio nacional a partir del lunes 16 de marzo de 2020; a los fines de resguardar la salud de niños, adolescentes y jóvenes, así como de todo el personal docente, académico y administrativo de los establecimientos de educación pública y privada”. Igualmente el presente decreto señala que los ministros con esta competencia coordinarán acciones para la reprogramación de actividades académicas, así como implementarán modalidades de educación a distancia o no.
El lunes 16 de marzo es publicado en la página web del MPPE el contenido del Plan Pedagógico de Protección y Prevención Covid-19: “Cada Familia Una Escuela”, con la finalidad de “garantizar la prosecución del año escolar 2019-20” desde casa.
La pandemia del Covid-19 puso al desnudo la destrucción del Sistema Educativo venezolano. Los problemas ya existían antes de entrar en esta situación de confinamiento social: el insuficiente presupuesto para mantener las infraestructuras de los planteles y dotación para mantenimiento, la inexistencia de recursos pedagógicos y didácticos, entre otros muchos problemas agudos, fueron atentando progresivamente contra la atención de ofrecer un servicio educativo de calidad. Por tanto, el Estado ante esta realidad no produjo ninguna planificación estratégica que estudiara los puntos vulnerables para implementar en consecuencia una modalidad de educación a distancia que le diera continuidad al año escolar desde las casas con las condiciones mínimas en el aspecto tecnológico y material. En otras palabras, el Estado no estaba preparado para desarrollar una educación a distancia en todos los niveles educativos, menos en la modalidad de Educación Especial y en el nivel medio de Educación Técnica. Por eso, de manera improvisada, sin consultar y analizar el impacto educativo y las condiciones de accesibilidad tecnológica, el MPPE decide imponer la aplicación de una política educativa sin el involucramiento de los actores del hecho educativo: estudiantes, educadores, padres y representantes, incluyendo además a los trabajadores administrativos y obreros. De acuerdo con la práctica de control político y actitud déspota que el régimen ha asumido abiertamente, utilizan el Sistema Patria para manipular y simular una “consulta”, obviando las instancias naturales y la normativa educativa, para hace creer que efectivamente la decisión era tomada por padres y representantes, cuando lo real era que días antes ya habían decidido.
La improvisación y la piratería del plan “Cada Familia Una Escuela” son evidenciadas en la presentación de programas televisados por VTV: las clases presentadas en vez de educar promueven confusión y falsean los contenidos académicos incurriendo en graves errores sobre conocimientos históricos, geográficos, matemáticos y de todo el conocimiento científico. Esto lleva al cambio del tutelaje del programa a manos de VIVE-TV, televisora de origen “comunitario” privado por cuanto estaba en gran cuestionamiento la calidad y contenido del programa. Sin embrago, la baja calidad se mantuvo hasta el final, no se proporcionó una organización de los contenidos pedagógicos, no se elaboraron los instrumentos, no se promovió un vehículo que garantizara la transmisión del conocimiento.
El desmontaje del Estado y la violación de los DDHH: Este Plan Cada Familia Una Escuela traslada la responsabilidad de la escuela a los padres, quienes deben asumir una función pedagógica para la que muy probablemente no están preparados. Con esta acción se terminaría de dar el golpe final al Estado Docente al evadir la responsabilidad del Estado en materia educativa.
La Constitución es muy clara en su artículo 102: “La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades…” (subrayado nuestro). Estimular un Estado Societario es perder la condición pública, gratuita y obligatoria de la educación ya que la sociedad educadora asume como responsable la educación y no el Estado.
El Estado Docente deforma su papel y se convierte en un controlador social y político, desarrollando estructuras e instancias con un alto sentido partidista para activar desde las comunidades la relación con los maestros y la dirección de las escuelas. Esto fue utilizado mucho para la entrega de los rotafolios o cuadernos de los estudiantes en los estados Amazonas, Delta Amacuro, Táchira, Zulia, Lara, entre otros, donde los Consejos Comunales, UBH y Chamba Juvenil eran los que coordinaban las actividades.
En el modelo presentado por el MPPE se le asigna la función educadora casi exclusivamente a los padres y representantes, obviando que muchas familias carecen de las herramientas necesarias y están ocupadoas en la supervivencia, quedando los estudiantes al imperio de la incertidumbre.
El Estado ha enterrado su responsabilidad constitucional de proteger la educación como derecho humano y su carácter de obligatoria y gratuita para todos nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Esto ha acarreado profundas transgresiones a la Constitución, a la leyes de educación, a las normas de protección de niños, adolescentes y jóvenes, a las convenciones colectivas de los trabajadores de la educación, a los tratados internacionales referidos a los proceso de enseñanza, de salario y trabajo. Vivimos tiempos en que de nada sirve tener derechos formales, cuando hay un Estado que no garantiza la justicia, la igualdad y el derecho mismo de ser atendido como ciudadano. El quiebre de las responsabilidades del Estado en atender la educación ha dañado la vida y bienestar integral de niños y jóvenes, incluido su entorno familiar. Ha traído pérdida de crecimiento y la disminución severa del aprendizaje escolar a causa de la mengua en sus condiciones de vida. Queda al descubierto con este plan Cada Familia Una Escuela que el Estado está dejando de lado sus responsabilidades ineludibles.
Un elemento a destacar: Los niños y jóvenes migrantes que de alguna manera regresaron a Venezuela no fueron atendidos por las organizaciones del Estado para su reingreso a una escuela o liceo. Esta población estuvo fuera del plan Cada Familia Una Escuela.

Factores que limitaron la implementación de la “educación a distancia”: A) La educación a distancia, al ser un sistema de enseñanza-aprendizaje que se desarrolla parcial o totalmente a través de las tecnologías de la información y comunicación bajo un esquema bidireccional entre profesor y estudiante, requiere necesariamente de una serie de condiciones para que su implementación pueda ser eficaz; en el caso venezolano, la educación a distancia pasó a ser un fin en sí misma y no un medio de apoyo al proceso educativo. B) La accesibilidad a la tecnología fue uno de los problemas críticos, debido a la situación de vulnerabilidad del sistema eléctrico y a la escasa capacidad en el desarrollo de internet, aparte de la situación de emergencia humanitaria compleja en que se encontraba la educación a la llegada de la pandemia. Según el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, 63 % de los venezolanos no tienen acceso a internet (7/3/2010); además, sostiene que en 27 municipios de la Gran Caracas, Barquisimeto, Maracaibo y Maracay (zonas más pobladas del país) 58,8 % expresan negativamente sobre el servicio de electricidad y la permanente penuria que tienen que pasar tanto los docentes como los estudiantes para cumplir con las asignaciones dadas. En estados como Amazonas, Delta Amacuro y zonas rurales el servicio de electricidad fue intermitente, esto hizo más complicado el proceso escolar a distancia; por los que los maestros tuvieron que acudir al cuaderno para colocar las asignaciones que por supuesto no contemplaban ninguna orientación pedagógica y tampoco comunicación ni contacto con el estudiante. C) Testimonios de docentes, padres y representantes, muchos de ellos hechos públicos en las redes sociales y otros medios de comunicación, denuncian la imposibilidad que tuvieron de realizar las actividades, enviar y revisar. Una educadora expresó: “no estamos preparados para implementar clases a distancia, pues son muchos los docentes que no saben manejar estas tecnologías”. A este testimonio que es el reflejo de la dificultad presentada en el magisterio, agregamos que además no contaban con computadora ni teléfono inteligente, mucho menos con recursos económicos para mantener la conexión de datos cuando el salario alcanza apenas para comer unos 2 días.
Fe y Alegría institución que ha desarrollado una dilatada labor en sectores populares y tiene 65 años en esta labor, trabajando además con programas de educación a distancia asumió diseñar un programa para tratar de lograr que los maestros pudieran acceder a un celular. Con este programa lograron determinar que solo 43% de los estudiantes lograron participar en las actividades remotas, mientras 57% no se alcanzó localizar (Efecto Cocuyo, mayo de 2020). Fe y Alegría tiene bajo su dependencia 174 escuelas en todo el país con 4.581 docentes de los cuales solo 42 % tienen acceso a equipos celulares, según el estudio referido. Si tomamos en cuenta la realidad de los profesionales que quedan activos en la docencia (cuadro comparativo personal docente activo-nacional y las cifras que presenta la Comisión Especial de Seguimiento de Emergencia Educativa de la AN-2020), a nivel nacional esto pudiera significar que más de la mitad de los educadores no manejaron ninguna herramienta tecnológica, dígase teléfono inteligente, tablet o computadora. Si a esto le agregamos las dificultades de internet y electricidad, podemos señalar que en Venezuela no se produjo educación a distancia, más bien lo que resultó ser fue una estafa a la sociedad puesto que no se promovió proceso de enseñanza y Cada Familia Una Escuela no desarrolló la visión de un sistema de educación a distancia. D) En una consulta rápida realizada por la UDSE en las regiones Caracas, Miranda y Vargas, se refleja que el programa Cada Familia Una Escuela presentado en VIVE-TV no es casi visto ni por los estudiantes, docentes y mucho menos por los padres y representantes; en este caso han optado por las actividades directas de los educadores que son pegadas en la pared de la entrada del plantel o en una cartelera para los estudiantes. E) Cada Familia Una Escuela no fue solución para aquella población estudiantil que inició el año escolar 2019-2020 sin profesores en las áreas de Biología, Química, Matemática, Física. Informaciones suministradas por docentes nos hablan de que las Zonas Educativas ordenaron administrativamente que se les colocara una nota de aprobación a estos estudiantes. F) Algo delicado sucedió en esta etapa de Cada Familia Una Escuela, la modalidad de educación especial no fue atendida. Como sabemos, esta modalidad requiere de atención de pedagogos especialistas de manera permanente y directa, y este plan no contó con herramientas pedagógicas.
El papel del educador ha sido mediatizado: La función del educador se ha desvalorizado y descontextualizado en este plan Cada Familia Una Escuela, al trasladar esta función pedagógica a los padres y dejar la función del docente reducida a recibir y corregir tareas y actividades sin desarrollar ningún proceso de enseñanza, produciendo una sobrecarga de horas de trabajo que al final fueron improductivas desde el punto de vista académico, ya que la comprobación del aprendizaje no se pudo evaluar realmente. Para el docente lo que generó fue agotamiento, además de depresión laboral a causa de la pulverización del salario.
Por otra parte, en algunas regiones los educadores recibieron permanentemente hostigamiento y amenazas de las Zonas Educativas ante exigencias de asistir al plantel a sabiendas del confinamiento social; y, además, muchos docentes que no tenían condiciones para el desarrollo de la “educación a distancia” tuvieron que recurrir a préstamos de equipos y saldos para internet, quedando endeudados porque simplemente el MPPE los coaccionó y amenazó de suspender el salario.
Queremos recordar que el propio Aristóbulo Istúriz reveló las verdaderas intenciones, al señalar que la Gran Misión Hogares es clave para capacitar promotores que puedan fungir como educadores para incorporarse al plan Cada Familia Una Escuela (6-6-2020 https// www.mppcomunas.gob.ve). Esta posición pública marca la perspectiva política que ha tenido este régimen en acabar con la profesión docente.
La verdadera educación a distancia le da un papel importante al educador a través de clases magistrales, foros, talleres, pero para eso hay que formar al educador y hay que tener la tecnología adecuada. En el proceso de enseñanza aprendizaje el maestro es un actor fundamental para el encuentro con la ciencia y su transformación. Se encuentra allí la pedagogía necesaria como ciencia. Tal como decía Luis Beltrán Prieto Figueroa, la pedagogía nace cuando, al reflexionar sobre la asimilación cultural de los miembros de la comunidad, se fija a esa forma asimilativa una intención, un propósito, un fin. En efecto, la educación, si transmite las características de una cultura, requiere además desarrollar las disposiciones naturales existentes en el ser que se educa y crear aptitudes individuales, lo que no se logra sino mediante una sistematización metódica del trabajo educativo para estimular la obra creadora de las generaciones que se educan, lo que les permite renovar el tesoro cultural adquirido, enriqueciéndolo con el aporte original de la propia experiencia y de las formas nuevas de pensamiento, aplicado a las formas aprendidas.
El año escolar que recién termina 2019-2020 ha sido uno de los peores procesos escolares que se haya tenido, caracterizado:
1.       Por un colapso total del sistema educativo.
2.  No hay resultados académicos tangibles que puedan demostrar que los estudiantes efectivamente aprobaron y aprendieron.
3.       El proceso pedagógico fue inexistente, sustituido por llevar y traer actividades.
4.     Estudiantes, padres y representantes en una proporción importante desconocen o nunca han visto el programa Cada Familia Una Escuela.
5.      Inexistencia de infraestructura educativa y de capacidad e instalaciones tecnológicas.
6.      Ha aumentado sustancialmente el número de estudiantes abandonados por el Estado. Hay una disminución de la matrícula.
7.   El salario de los trabajadores de la educación, en especial de los educadores, está en su máxima expresión de pulverización.

Situación del inicio del año escolar 2020-2021

Un nuevo proceso escolar en Venezuela tendremos a partir del 16 de septiembre, y, de no darse un cambio profundo en la política educativa, estaremos a las puertas de un colapso mayor de la educación como derecho humano en una situación que pudiera ser delicada debido a la pandemia.
No basta solo con que el MPPE haya tomado la decisión de iniciar el proceso escolar con el sistema de educación a distancia, el Estado debe ser lo suficientemente garante para considerar de manera urgente una planificación estratégica que atienda el problema de fondo, estructural y así desarrollar políticas para establecer las condiciones para que en pandemia la educación como derecho humano también sea atendida.
En ese sentido, se expresan algunas consideraciones:
1.     El Estado debe restablecer su responsabilidad, tal como está estipulado en los artículos 102 y 103 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
2.     Atender la situación educativa dentro de la emergencia humanitaria compleja implica que se debe atender la población escolarizada más vulnerable en cuanto a la alimentación. Que no haya niño ni joven fuera del Programa de Alimentación Escolar de lunes a domingo. En este caso, exigimos que se retorne el desayuno al programa.
3.  Devolverle el papel pedagógico al docente, pilar fundamental para el desarrollo de la educación a distancia.
4.     Atender como prioridad el salario de los educadores. En ese sentido, debe existir una política de revisión de todas las cláusulas salariales y sociales de la Convención Colectiva de los Trabajadores de la Educación, aparte del pago de las deudas salariales.
5.   Que el Estado asuma el costo de instalación de sistemas centrales de WIFI a través de CANTV en los municipios y parroquias de cada región, para que así los estudiantes puedan interactuar en el proceso educativo a distancia.
6.       Proporcionar a cada docente una tablet, recuperar las computadoras Canaimitas y facilitar la entrega de unas nuevas para que los estudiantes puedan desarrollar la enseñanza a distancia.
7.     Presentar una biblioteca virtual que le facilite al estudiante el encuentro con el conocimiento.
8.  El MPPE debe realizar en vacaciones cursos y talleres de preparación tecnológica y pedagógica a fin de dar las herramientas básicas sobre la educación a distancia.
9.     Los padres y representantes son pieza importante en la educación, por lo que debe existir una organización desde las escuelas y liceos para el desarrollo de su participación sin ningún control partidista.

Unidad Democrática del Sector Educativo

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